El "Chilam Balam" Maya


Chilam Balam es el nombre de varios libros que relatan la historia de la civilización maya escritos en lengua maya, por personajes anónimos, durante los siglos XVII y XVIII, en la Península de Yucatán y que tomaron el nombre de la población en donde fueron, cada uno de ellos, escritos.

Son fuente importante para el conocimiento de la religión, historia, folklore, medicina, y astronomía maya. Se estima que originalmente existieron una cantidad mayor de libros (designados por el nombre del pueblo en los cuales fueron escritos) en la colección de Chilam Balam, aunque solamente unos cuantos han llegado hasta nuestros días.

Al principio de la época colonial, la mayor parte de los escritos y vestigios de la mitología maya fueron destruidos por los misioneros, al considerar que tales vestigios representaban influencias paganas y por tanto nocivas para la catequización de los mayas. Los libros del Chilam Balam fueron escritos después de la conquista por los descendientes de los mayas, por lo que en su redacción se nota ya la influencia de la cultura española, sobre todo en materia religiosa.

Los libros en su conjunto relatan acontecimientos de relevancia histórica consignados conforme a los katunes (períodos de 20 años) del calendario maya. Los relatos dejan constancia de las tradiciones religiosas del pueblo original, así como de su devenir histórico. Algunos historiadores piensan que los libros contienen cierta información que habría provenido, a través de la memoria colectiva, de los escritos destruidos en el auto de fe de Diego de Landa.

CHILAM BALAM DE CHUMAYEL

Libros del Chilam Balam

Cada gran poblado escribió su propio libro, por lo cual existen el Chilam Balam de varias localidades. Entre los más importantes se encuentran los siguientes:

  • Maní
  • Tizimín
  • Chumayel
  • Kaua
  • Ixil
  • Tusik
  • Tekax
  • Nah, (Teabo)
  • Yaxkukul
  • Códice Pérez

Diferentes textos del Chilam Balam

Uno de los más importantes fue el Chilam Balam de Chumayel: Procede del pueblo de Chumayel, Yucatán. Fue propiedad del Sr. Obispo Crescencio Carrillo y Ancona.. Pasó a la Biblioteca Cepeda en Mérida en 1915 de donde fue sustraído juntamente con otros manuscritos, antes de 1918.

El Chilam Balam de Tizimín: Procede de la villa de Tizimín, Yucatán, y fue hallado allí a mediados del siglo XIX. El párroco de este lugar lo donó al Obispo Carrillo y Ancona en 1870, quien originalmente lo llamó Códice Anónimo. Hoy se encuentraen el Museo Nacional de Antropología (Ciudad de México), en donde se conserva juntamente con el de Ixil.

La única traducción completa del Chilam Balam de Tizimín es obra de Maud Worcester Makemson, quien con el título de The Book of the Jaguar Priest la publicó en 1951.

El Chilam Balam de Kaua: Éste también fue de la colección del Obispo Carrillo y Ancona y formó parte del grupo de manuscritos que fue extraído de la Biblioteca Cepeda de Mérida, poco después de haber sido depositado en ella en 1915. No se conoce su actual paradero. Es tercero en importancia, el más voluminoso sin embargo, con 282 páginas; nunca ha sido totalmente traducido ni publicado. Sólo se le han sacado copias manuscritas o fotográficas y traducidas algunas de sus recetas médicas por Roys en 1931.

El Chilam Balam de Ixil: Pío Pérez, en su miscelánea de extractos de Libros de Chilam Balam conocida ahora como “Códice Pérez”, describe este documento y menciona que el lugar de su procedencia es el pueblo de Ixil. No se sabe cómo pasó a manos del Obispo Carrillo y Ancona. Estuvo incluido en el mismo legajo del Libro de Tizimín, se halla ahora separado de éste en la Biblioteca del Museo Nacional de Antropología en la ciudad de México. No ha sido traducido, ni publicado, salvo en pocas copias fotostáticas y manuscritas. Contiene un recetario médico.

El Chilam Balam de Tekax: Es semejante al de Káua, pero mucho más corto, pues solamente contiene 36 páginas. Es calendárico y médico. Nunca ha sido traducido ni parcialmente. Formó parte de la Colección de William Gates. Se ignora cual es su paradero. Existen de él copias fotográficas en algunas bibliotecas.

El Chilam Balam de Nah: Procede de Teabo, Yucatán. Es también del mismo tipo de Káua, con 64 páginas e igualmente formó parte de la Colección de Gates. El material médico que contiene fue traducido por Ralph L. Roys al inglés y publicado en 1931. Se ignora dónde para actualmente.

El Chilam Balam de Tusik: Fue descubierto en la aldea de Tusik, Quintana Roo, México, en 1936. Consiste en un cuaderno de sólo 29 hojas. Contiene algunos textos semejantes a los del Chilam Balam de Chumayel. Uno de éstos ha servido para cotejar la única copia de existía en el Chumayel del Lenguaje de Zuyua que se incluye en este libro. Posiblemente se encuentre aún en Tusik. Ha sido fotografiado, transcrito y traducido parcialmente, pero no publicado.

Códice Pérez: Por su importancia este manuscrito debería ocupar uno de los primeros lugares; es porque en sí mismo ni es copia hecha por indígenas mayas, ni lo es de un sólo libro, sino un conjunto de fragmentos de varios, principalmente de los Libros de Maní (ahora desaparecidos), Ixil y Káua, recopilado por D. Juan Pío Pérez alrededor del año de 1840. El nombre de Códice Pérez se lo asignó el Obispo Carrillo y Ancona en 1870. Fue compilado entre 1837 y el siguiente año. Juan Pío Pérez lo dividió en dos partes que se citan como Pérez I y Pérez II.


En el caso de este último, el Códice Pérez, cabe señalar que no es propiamente uno de los libros de los "Chilambalames", sino una compilación fragmentaria de varios de ellos (Maní, Kaua, Ixil), junto con otros documentos importantes, realizada en el siglo XIX por el filólogo yucateco Juan Pío Pérez, con el propósito de conducir sus estudios sobre la cronología de los mayas en Yucatán.

Los libros del Chilam Balam fueron redactados después de la conquista española, recogen textos relativos a la historia, medicina, cosmología, astronomía, cronología y textos no clasificados de los mayas. El Chilam Balam de Chumayel, es el más completo y quizá el más importante de estos libros sagrados y proféticos. Balam es el nombre más famoso de los Chilames que vinieron antes de la venida de los blancos al continente.

Hay versiones en varias lenguas, y destacan las realizadas por Antonio Mediz Bolio al español, Peret y Le Clézio al francés, Ralph L. Roys al inglés. El Chilam Balam de Nah con gran contenido de herbolaria maya procede de Teabo, Yucatán. Es parecido al de Kaua y junto con él formó parte de la colección de William E. Gates. Contiene material médico que fue traducido por Ralph L. Roys al inglés y publicado en 1931.

Etimología:

Debido a los homónimos que existen en lengua maya no hay una certeza absoluta acerca del significado de las palabras Chilam Balam, sin embargo todas las acepciones conocidas denotan la importancia del título dado a los libros.

Una primera acepción indica que "Balam" es un nombre de familia pero significa brujo o mago, y "Chilam" es el título que se daba a la clase sacerdotal que interpretaba los libros y la voluntad de los dioses. En este sentido "Chilam Balam" puede traducirse como "Sacerdote Jaguar".

En otra versión la palabra Chilam significa "el que es boca", y Balam es también jaguar. Los mayas clásicos tenían un dios jaguar. Chilam Balam se puede traducir como "Boca del Jaguar".


El libro de los libros del Chilam Balam es un texto que se ve relacionado con la mitología y la religión maya, que era algo muy influyente en sus vidas.

Para los mayas, los Dioses escribían en el cosmos la historia y el porvenir del mundo, y gracias a su capacidad sensible lograron descifrar este lenguaje que usaban los Dioses. Así, conocieron el poder de la palabra y la seducción de las texturas, y dejaron también su testimonio en la Tierra; a través de una escritura que es profunda, mística, y está poblada de imágenes de fuerte carga simbólica.

Chilam significa "el que es boca"; es decir, el que profetiza; los Chilames eran los sacerdotes que interpretaban los libros antiguos para extraer de ellos profecías, el conocimiento de los hechos futuros. Para los Mayas, el arte de profetizar era posible porque creían que el tiempo era una sucesión de ciclos cósmicos y que los acontecimientos, dependiendo de estos ciclos, podían repetirse. Así, a los Chilames se les consideraba intérpretes de los mensajes de los Dioses.

Balam significa "jaguar" o "brujo", y es, en realidad, un nombre de familia. Se dice que Chilam Balam fue un taumaturgo, un sacerdote del pueblo de Maní que vivió poco antes de la Conquista y que tenía gran reputación como profeta. Cuentan que junto con otros sacerdotes, llamados Napuctun, Al Kauil Chel, Nahau Pech y Natzin Yubun Chan, predijo la llegada de una nueva religión; tras la Conquista, esto se interpretó como un aviso de la llegada de los españoles y del cristianismo.

Generalmente, las profecías se encuentran en los Libros Sagrados; de ahí derivó el llamarles genéricamente Chilam Balames. Cada poblado escribió su propio libro, por lo que existen Chilam Balames de numerosas poblaciones; entre ellas: Maní, Tizimín, Chumayel, Kahua, Ixil, Tekax, Nah y Tusik.

Si quieres conocer mas a fondo sobre el Chilam Balam, puedes descargar gratis el libro Chilam Balam de Chumayel en formato pdf.


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